El último exponente de pseudoidealismo bohemio -y/o anticapitalismo y/o demás clasificaciones intelectualoides, que no por desconocer sus nominaciones me fastidian menos- con el que me enfrenté, resultó ser curiosamente un brasilero; que, según me pareció visumbrar cuando lo conocí, merecía la categorización ideal de etéreo pero lo suficientemente apegado a la tierra... Para mi estupor e infortunio, ha resultado ser algo muy diferente.
La persona en cuestión me hizo perder instantáneamente toda idilia virtual en la que me pudo haber sumergido mientras conversábamos -por msn- sobre trabajo y obligaciones. Vale aclarar que hacía bastante ya que habíamos dejado atrás el tema vocación y elección de carrera, ante lo cual siempre se mostró tan coherente como en la imagen que naturalmente había construido de él cuando nos conocimos. Cuestión, decidí contarle qué había decidido estudiar al fin. Me pregunto por qué, por qué Administración, y mostró cierta sorpresa ya que 'se imaginaba algo más arty de mí' -hasta aquí, su imagen: intacta-. Le expliqué que tenía sentido su planteo, puesto que prácticamente todos mis conocidos pensaban lo mismo, pero que esta decisión era digna del arduo proceso de reflexión por el que pasé y que a falta de vocación, preferí mantener mi lado arty separado de lo laboral; por ejemplo, tener el cine de hobby. A todo esto respondió con una sola frase: It's sad when people surrender. What the fuck?! ¡¿Desde cuándo elegir una profesión que resulta ser más rentable que el arte es... rendirse?! Segunda pregunta: ¿cómo alguien puede asumir tan descabelladamente que las carreras relacionadas con económicas son elegidas sólo por el factor inserción laboral? O mismo con cualquier carrera en esa situación, que suele ser subestimada por esta gentecilla de la misma manera. Tercera, ¡¿en qué mundo paranormal se está abandonando algo cuando no se lo escoge como medio de subsistencia?! Y aún peor, ¿de qué modo no estudiar cine me convierte en una escoge-el-camino-fácil aburguesada?
Para todos aquellos que sostienen esta postura extraordinariamente imbécil: se engañan a ustedes mismos. El idealismo de este tipo es cosa del pasado, que hoy está sencillamente mal comprendida y abordada -con esto quiero decir, ¡ojalá quedaran idealistas auténticos!-. No hablo de consumismo ni facilismo; tampoco de felicidad burguesa. Hablo de una realidad que muchos se rehúsan a aceptar, cuyas intenciones van más allá de su ideología, intentando arrastrar a cuanta alma ingenua se les cruce en el camino. Su hipocresía se les revelará del modo más crudo. Y querido circundante limítrofe, para tu información, tu frasecita cliché aplicaría en todo caso para aquel a quien le apasiona el arte -que definitivamente no es mi caso- y aún así decide ser un frustrado vital por cuestiones materiales -cosa o caso de boludos, que por cierto prácticamente no los hay. It's sad when people surrender... ¡Ese speech formuladito! Recordatorio fehaciente de que absolutamente nada me exacerba tanto como los predicadores.
En fin... He fallado una vez más, pues, en mi autoproclamada habilidad de junar a las personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario