jueves, 30 de septiembre de 2010

Paz

...No logro delucidar si es que me frecuenta últimamente, que la estoy comprendiendo cada vez mejor o que la necesito más que lo usual, pero sé que este concepto está rondando inusitadamente mis pensamientos -desconceptualizado, claro-, y esto, paradójicamente, me está empezando a perturbar. Es lo que me pasa con la mayoría de las cosas que me pasan -valga más que nunca la redundancia-: percibo su presencia, su necesidad de una salida o de atención urgente, pero sus conexiones con mi persona, sus raíces, permanecen siempre misteriosamente desconocidas por mí. Puede que saber o simplemente acercarme lo suficiente a las razones de ser de estos gritos interiores resuelva -naturalmente, o no- prácticamente todo dilema espiritual y/o existencial que se me presente y, consecuentemente, aliviane mis angustias; puede que me traiga esa paz, casualmente el motivo desestabilizador que me pone a escribir el día de hoy. ¿Casualmente?

No hay comentarios:

Publicar un comentario